lunes, 27 de abril de 2009

Observaciones

Ser gloriosos es obligatorio, porque faltan pinos.


¿Y Li-Po?


Renato Leduc iba a las cantinas a escribir poesía.
Yo pierdo el tiempo.


De veras hay que detenerse a observar. A sólo observar sin discurrir. Detrás del hervidero de vanidades y ladridos, comienza la vida.


Escucho un saxofón etiope ya famoso. O más o menos. Enflautado.
Salto.


Hablar con mujeres hace el poema.


Y así, a como van de cráteres las cosas, somos indispensables: necesitamos hacer el amor a cada hueco, para que no sea más sino un recodo del agua —pura papaya.


Sólo hay que hablar para hacer reír. Altos, como faroles irradiando una paciencia.


No hay río sin labios.


Llevándome hacia adentro en la vagina ilímite del viento...


Conjuro el abrazo hasta sin canción, con el abrazo en los puros huesos.


Huesos colorados. Me alzo.


Además de sitiados, la luna sigue retrasando su llegada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario