miércoles, 12 de mayo de 2010
¿Cómo llegamos hasta aquí?
Un todo de sangre en la cresta del mundo. Vivir para aprender a morir con la música entre los dientes y la cresta violinista del mundo donde aromamos el lenguaje y aprendemos del beso absoluto que nos descoyunta y nos sacude para siempre. Vivir magníficamente con la sangre debajo de la piel en los agujeros, las grietas calientes del mundo que nos van comiendo deliciosamente cada día, y luego nada, nada lentamente, hasta irse yendo hacia ninguna parte donde duermen los muertos.
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