domingo, 25 de octubre de 2009

¿No?

Al poema hay que quererlo, ¿verdad?

Si es que a él vamos a confiar nuestra temperatura, aceleración y alces abruptos que quieren, en última instancia, que es siempre el principio, la fecundación de la granada.

Ser imaginantes es una responsabilidad. La Alondra Capital.
Una relevancia.

A la lava no se la maneja con piruetas chimuelas.


¿Quién llora en el traspatio de las canciones de Hermeto Pascoal?

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