Este es un señor espléndido que conocí de pura chiripa, como llegan los gigantes grandes, en una de esas exploraciones burdas por la web. Mencionar esto me hace recordar a otro carnalito impreso, de buena verdura, que también encontré de tropezón en estos días.
Pero no me desvío y adjunto un poema que me parece (inserte adjetivo al gusto):
Sin etcéteras, que el verso hable (Por si algún día algún pelele se le ocurre leer este espacio verbal por puro accidente, y se le viene en gana regañar mi chabacanería con eso del narcotráfico de versos de autor, declaro que fue extraído de un espacio virtual público, a saber http://amediavoz.com/brossa.htm):
Eco
A Maria-Lluïsa Palau
-¿Podrías decirme qué es el sol? -El sol.
-¿Y la luna, podrías? -Es la luna.
-¿Y por qué llora Pedro inconsolable?
-Porque en su vida no ha tenido suerte.
-¿Y qué son las montañas, las estrellas?
-Son solamente estrellas y montañas.
-¿Y estas raíces qué? ¿Y qué estas cañas?
-Pues no son más que cañas y raíces.
-¿Qué es esta mecedora? ¿Y esta mesa?
¿Y estas manos que forman sombras chinas?
Dime: ¿y el mundo, el hombre?
-Ved aquí
la faz final de la sabiduría:
Mírate a fondo, afirma siempre el ser
y aprende: nada más puedes hacer.
De ahondarse en esto, como siempre, sabi-hondos mucha-choches.
lunes, 1 de junio de 2009
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