lunes, 8 de noviembre de 2010

Ey

Sólo queremos valer. No es pedir demasiado. Pero si no queda claro, vamos a repetirlo una y otra vez. Digan que nos aman o mueran bajo la furia de los lanzallamas. Sólo queremos valer y esto la policía no lo favorece. Ni la bomba economía de la Machine Gun en manos de Mano Negra, ese grupo de las costas latinoamericanas. No lo favorece nadie. Ser tímido es una condena. Y creer en el mono de cristal lo es más. De una buena vez es necesario decirlo: Compañeros poetas, tomando en cuenta los últimos sucesos, se declara: El mono de cristal no existe; ríete de ti mismo y basta de tanto: ay, ay, ay, mi endecasílabo es magnífico, ay, ay. La lengua ya se murió. ¿Para qué resucitarla? Machaquemos los huesos y hagamos una sopa. La sopa es más real que el mono de cristal. Sólo queremos valer con la elegancia de una sopa que alimenta a los unos y a los otros. Sólo queremos valer, que el mundo sepa que en nuestros dedos cabe la piel, que el amor es el amor es el amor es el amor, que el mango existe, el durazno existe, la música existe y el dios de Zaratustra se va bailando un fox-trot anacrónicamente y pésimamente mal. Sólo los glotones existen. Primero está la gula, la vulgaridad, la estupidez, el odio, la equivocación. Santa Fractura de todos los Aires. Santa Llaga de Nuestro Corazón Esperanzado. Y al final, en un baúl, yace famélico el mono de cristal. En esta época en que los baúles no se utilizan. La hermandad se cuenta con los dedos. Sólo queremos valer, a pesar de la brutalidad y la desazón. Ahora que hemos nacido...

No hay comentarios:

Publicar un comentario